Alcaraz es un número uno: renace ante Sinner y se mete en semis del US Open
Carlos Alcaraz pasó a semifinales del US Open después de derrotar a Jannik Sinner (6-3, 6-7, 6-7, 7-5, 6-3) en uno de los partidos del año.
La aventura de Carlos Alcaraz en el US Open sigue su curso después de una impresionante victoria, servida en forma de venganza y del partido del año, ante el que para muchos es y será su rival en la próxima década por mantenerse en lo más alto. Después de dos triunfos en sus últimos compromisos, Jannik Sinner no tuvo más remedio que hincar la rodilla (6-3, 6-7, 6-7, 7-5, 6-3) ante el empuje y la calidad diferencial del jugador español, que salió vencedor de una batalla titánica con más de cinco horas de puntos de otro planeta en la alta noche neoyorkina. El partido del año fue para Alcaraz, que está a uno, o dos pasos de un número uno del ranking que por calidad y determinación le espera con los ojos abiertos.
Un espectáculo a la altura de la ciudad que nunca duerme. Alcaraz y Sinner fueron auténticos magos por momentos en una Arthur Ashe que se levantó una y otra vez para alucinar con lo que viene en el tenis mundial. No son Nadal, Federer o Djokovic, pero tienen su propio estilo y ya también una rivalidad con sello de la que Carlitos salió vencedor en esta ocasión por su toque de determinación extra en los momentos realmente decisivos, los que vinieron en un cuarto set en el que tuvo que levantar una pelota de partido en contra y marcar la diferencia para, en el quinto, cerrar una velada que se fue hasta las cinco horas, escribiendo una nueva página en la historia del US Open.
Sinner no sólo fue un digno rival, sino que hubiera sido un merecido vencedor del encuentro, opositor al título honorífico del mejor del torneo. La calidad diferencial de los intercambios, la potencia de ambos contendientes y el desparpajo para intentar –y realizar– golpes increíbles dejó una batalla que promete repetirse en el futuro, en instancias superiores a unos cuartos de final de Grand Slam.
Primer set: Alcaraz
El encuentro tuvo de todo y sólo las horas intempestivas impidieron audiencias máximas tanto en Italia como en España, donde una vez más se levantan con la victoria de su nueva perla. Alcaraz comenzó rompiendo el saque de Sinner a las primeras de cambio pero su rval pronto igualaría la contienda, y es que no es sencillo adaptarse nada más comenzar a la cantidad de palos lanzados por un Jannik Sinner al que parecía darle igual lo que pasa en pista mientras se aupaba en el marcador.
Por suerte para Carlos, la inspiración del italiano no duraría demasiado en este primer tramo, donde además no encontraría –Sinner– el tacto necesario con el primer servicio como para salvaguardar lo que es suyo. La derecha de Alcaraz entraría entonces en el encuentro, y de qué manera. Dos breaks consecutivos del murciano ponían punto y final al set inaugural para atarlo del lado del aspirante a número uno.
Habían pasado 50 minutos de partido y la alternancia mareaba, pero Alcaraz ya había puesto la primera piedra rumbo a semifinales. La construcción de la victoria requería de un nivel si cabe superior, ya que Sinner subiría el suyo, sobre todo con un servicio que pasaría a a ser arma principal en el italiano, como en la mayoría de sus actuaciones destacadas.
Segundo set: Sinner
Carlos aguantó la primera embestida pero no la segunda, confirmada en forma de break favorable a Jannik, quien continuaría con su exhibición en el golpeo hasta el 5-3, donde algo cambió. Sinner dejó de tener la confianza al 100% porque al otro lado de la pista Carlitos había creído en la remontada. Por lo visto en pista en esos minutos, resultaba casi imposible pensar en otro ganador del segundo set que no fuera el pelirrojo transalpino, pero la joya de El Palmar puso todo de su parte para llevar al error a su rival y lo logró. Las dudas llegaron y del 5-3 pasamos al 5-5. La locura estaba desatada de nuevo.
El final del segundo set bien merecería una crónica aparte, pero el resumen, cuanto más escueto posible, mejor, reside en lo obligado de visualizarlo en diferido para disfrutar del mejor tenis del mundo. Sinner volvía a sacar con una goma, metiendo un primero y otro después de que Alcaraz se colocara, a base de derechazos, con tres pelotas de set a su favor. Una vez levantado el 0-40, fue Carlos el que levantó al público de sus asientos, obligándoles a dejar su boca abierta de par en par después de conseguir uno de los puntos del año con una devolución por detrás de la espalda de auténtico elegido. Tampoco le serviría al español para poner el 2-0 en el partido. Sinner neutralizaría esa, la cuarta pelota de set, y una quinta mandando la decisión al tie-break.
Ahí, con ambos desatados y con la confianza en pleno, se vivió un toma y daca de disfrute para el aficionado neutro, pero que el español recordará con sabor agrio debido al desenlace final. Palo por aquí, puntazo por allá, pero la brillantez de Sinner, el hombre tranquilo, le daba con un resto magnífico de revés el parcial, colocando el 1-1 en el luminoso.
Tercer set: Sinner
El choque no daba tregua y prueba de ello es el comienzo del tercer set. Alcaraz, pese a la inercia ganadora de su rival, se puso delante y, por calidad y bemoles, logró tomar las riendas tras un primer amago en el que Sinner, con el primer saque como aliado, lograría mantener lo que era suyo. Carlos conseguiría el break y con ello el mando de la tercera manga, la que podía resultar clave para el devenir del choque.
Fue a la cuarta ocasión, después de que Sinner levantara, un 0-40. Era la demostración de lo duro que iba a ser el italiano, quien dándole la vuelta a lo sucedido en el segundo parcial, lograría impedir que Carlos venciera por la vía rápida en el tercero. El de El Palmar lo tuvo en su mano y no pudo. A partir de ahí, una concatenación de breaks volvía a marcar el choque. De nuevo en la mano de Carlos, que sirvió para hacerse con el tercero y no pudo atarlo, de nuevo un tie-break que acabaría en manos de Sinner, en este caso sin historia más allá del cruel 7-0 que caía como una losa en el bando español.
Cuarto set: Alcaraz
El público animaba a Carlos, más caliente en sus gestos aunque siempre desde el respeto y, por ende, algo más querido por el público neoyorkino. El español estaba contra las cuerdas, a un set de ceder frente a un jugador que le había tomado la medida en sus dos últimos duelos, pero no se rindió. Cedería su servicio de inicio, con la cabeza más fuera que dentro, pero siguió peleando, en busca de oportunidades al resto que llegaron en primera instancia, pero que Sinner desechó a base de palazos con el saque y la derecha.
Fue algo más tarde, en un alarde de piernas, coraje y derecha, mucha derecha, cuando llegaría el deseado break que abría las puertas de todo a Alcaraz. Se acababan de cumplir las cuatro horas de partido y Carlos parecía fresco, volvía a disfrutar, levantaba al público con sus golpes y sus brazos en la celebración. Es un número uno.
La mejor noticia, más allá de todo lo mencionado y de la infinita calidad de Alcaraz era que Sinner parecía haber perdido el saque, el golpe que le había mantenido con vida tenística y mentalmente en el partido. Ahora era Alcaraz el que, de tú a tú, podía marcar diferencias con el físico, además de su lado. Sin embargo, los riesgos que estaba tomando Carlitos podían jugarle una mala pasada y el bajón llegó cuando menos se esperaba. Justo tras el ansiado break, Sinner rompía el saque del español y daba un importantísimo golpe al partido.
Podía haber sido el definitivo, pero Carlos nunca morirá si no le matas del todo, y Sinner, para su desgracia, no lo hizo. Lo tenía todo a favor, con un juego de saque para cerrar la contienda, pero falló. A partir de ahí, la debacle y el despegue del 747 de El Palmar. El público ya no se sentaba, pero disfrutaba de lo lindo del renacer de Carlitos Alcaraz, que con otro break forzaba el quinto set y dejaba a su rival, hasta ahora némesis, en K.O. técnico para el parcial definitivo.
Quinto set: Alcaraz
Si hablamos, con máximo orgullo, del carácter ganador de Alcaraz, los italianos deben sentir algo muy similar con Sinner. Mucho más frío que Carlitos y casi que cualquiera, su inicio de quinto set fue emocionante, con capacidad de sufrimiento para resistir las acometidas de un rival lanzado. Jannik aguantó el resultado y esperó, haciendo gala de su gen calculador, para quebrar de forma inesperada a un Alcaraz que empezaba a notar el cansancio al servicio pero no al resto, donde devolvería la rotura para poner un punto más de emoción al partido del año.
Alcaraz, como decíamos, había llegado con un punto más al quinto set en todos los sentidos y esto iba a acabar decantando la balanza. La combinación mágica y física del español es digna de análisis y puede aparecer incluso superando las cinco horas de un partido que ya es historia del US Open, como el que más tarde finaliza, en una jornada cuyo lazo lo pone Carlos Alcaraz, ganador, con el enésimo break, esta vez definitivo, en una batalla que recordaremos con los años como el primer gran duelo de dos campeones del tenis.
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